sábado, 24 de septiembre de 2011

Aventuras Republicanas (¿O Demócratas?) en el Medio Oriente.

Hace unos 10 años, me hallaba saboreando una taza de jugo de manzana, la tarde era lluviosa y mi casa estaba sola. Cambiaba los canales de televisión sin mucho ánimo, esperando encontrar algún contenido que abstrajese mi mente por un rato. De pronto, mis ojos se posaron ilícitamente en el canal 5; se transmitía un documental. El tema central, hasta el día de hoy me es desconocido; pero lo que jamás olvidaré será esa dramatización del posible futuro de “América”: Los Palestinos habían desarrollado poder nuclear, comenzaban una guerra con los Estados Unidos y por más de una hora se explicaban las catastróficas consecuencias de la libertad que se le había otorgado al Medio Oriente.

Dos meses después, fue el 9/11 y Bush declaró la guerra…



Ahora nos encontramos con un Estados Unidos marcado por la depresión económica, la lucha contra los inmigrantes y, más recientemente, su fuerte influencia en los movimientos revolucionarios de Oriente Medio. Palestina, ahora es una tierra de conflictos, acosada por las actividades Israelíes y que se encuentra en la batalla inicial de constituirse como Nación dentro las ONU.

Resultaría complicado explicar a fondo un conflicto que data de hace ya varios siglos, además de que existen muchos datos en el aire que no pueden ser tratados como hechos. Según Robert Fisk, la situación que se vive es aún más fatídica de los que asemeja y al parecer, el que el presidente Obama posea una fuerte amistad con el mandatario israelí Netanyahu, le resulta excusa suficiente para no apoyar la creación del Estado Palestino.


Barack Obama ha sido una las desilusiones más grandes de los estadounidenses y del mundo en general. Traía consigo la esperanza de salir del declive comercial en el que los republicanos hicieron bien a dejar al país Norteamericano, además de que se asumió que por sus posturas (me atrevería a decir que sólo fue por su color de piel), tuviera mayor apertura en ciertos tópicos de la agenda progresista. Por el contrario, con sus últimas acciones, ha demostrado que su interés se focaliza más en el número de votantes para su reelección y no en las acciones que le parezcan más pertinentes, de acuerdo a su “Ideología demócrata”. 


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