En cada oportunidad que tengo; observo el cielo, admiro las nubes, siento el viento. Me tomo el tiempo de oler las flores, saborear la lluvia e incluso sonreirle a una mariposa. No puedo dejar de asombrarme con toda aquella naturaleza, de hechura tan magnífica, que a cada momento me rodea. Pero si algo me enoja, es que todos los demás individuos de este planeta, hagan caso omiso de todas esas maravillosas proezas a las que alabo con tan altivo desasosiego. Me resulta increíble, que alguien pueda abstraerse más con el PIN de su BB o el what's app? de su Iphone, que un pequeño cuervo revoloteando ante sus narices.
Entiendo que por lo regular soy un poco (demasiado) político, pero tengo otros intereses y facetas.Es por eso que por primera (y no última) ocasión, me dedicaré a hablar abiertamente sobre la protección del ambiente y la sustentabilidad de los ecosistemas.
Hace unos 15 años en Baja California Sur, una comunidad ubicada en la zona costera del estado, realizó un descubrimiento revolucionario: cayó en cuenta del esplendoroso y frágil ecosistema que poseía frente a sus ojos. Así, la comunidad decidió, de buenas a primeras, dejar de pescar y, en un esfuerzo colectivo, fundar lo que ahora se conoce como el Parque Marino Nacional - Cabo Pulmo.
Cabo Pulmo es hogar del Arrecife Coralino con mayor cobertura en el Golfo de California y contiene una gran variedad de especies de peces, moluscos y aves; algunas endémicas del país. Desde 2008 es un área protegida y es reconocida mundialmente como Ramsar (humedal de importancia global).
Ahora bien, en el año 2008 la empresa Hansa Urbana comenzó la creación del plan Cabo Cortés; el cual consiste en la construcción de varios complejos turísticos (hoteles, restaurantes, etcétera) cerca de la zona de Cabo Pulmo. A mediados de 2011, el proyecto fue aprobado por la SEMARNAT (Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales) para ser implementado a principios del siguiente año.
De llevarse a cabo, implicaría el arrastre de una gran cantidad de contaminantes; como aceites de embarcaciones, sedimentos del dragado de la marina y aguas residuales, entre otros. Además, afectaría directamente a la industria pesquera; pues es en este lugar donde nacen y se crían gran cantidad de especies, que posteriormente son atrapadas cuando ya se han desarrollado completamente.
La SEMARNAT alega que se trata de una estrategia turística que ayude a delimitar la crisis económica, pero seamos honestos; Baja California Sur es un estado con bastantes destinos dedicados a dicha función. Los Cabos, Loreto y La paz, por mencionar algunos, son lugares que deberían recibir el apoyo económico en este caso, pues ya están diseñados para recibir a cierta cantidad de personas y actividades; además, resultarían mucho más provechosos a la hora de recuperar inversiones.
Hasta ahora las protestas han logrado alargar el proceso jurídico que compete a las dos dependencias, pero aún no se logra erradicar el problema. Levantemos nuestras voces, hagámonos escuchar y no permitamos que una de las riquezas más grandes de la naturaleza (y el país) acabe destruido de nuevo por las acciones de empresas con intereses egoístas.
Para saber sobre como ayudar, visita: PANDA - WWF GLOBAL
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